13 March 2015 / By Claudio Avendano, Universidad de Santiago/ La nacion
En el seminario organizado por el CNTV, José Miguel Insulza acierta en el foco sobre pluralismo y libertad de expresión, pero deja en el patio a los ciudadanos quienes son fundamentales en el nuevo tipo de narrativa política expresada en los escándalos políticos actuales como Caval y Penta.
El Consejo Nacional de Televisión organizó la clase magistral “Pluralismo y libertad de expresión en las Américas”, a cargo de José Miguel Insulza, secretario General de la OEA (Organización de Estados Americanos). Este ha sido un esfuerzo más de parte del CNTV y su presidente Oscar Reyes por instalar el tema del pluralismo en la comunicación mediada, en este caso la televisión.
Insulza plantea el pluralismo en el contexto de los procesos de democratización experimentados en las Américas desde los años ‘80 y ‘90, y que coincide con la madura instalación de los medios de comunicación en nuestras sociedades y la incipiente colonización de los espacios sociales e individuales por las plataformas digitales… en ese momento NTIC (Nuevas Tecnologías de Información y Comunicación).
La libertad de expresión constituye un factor central y fundamental de la experiencia democrática tanto a nivel político-institucional como en la cotidianidad de los propios sujetos y sus colectivos. Y es precisamente en el foco de los partidos políticos-poderes públicos- accountability- transparencia en que la comunicación mediada acoplada por la libertad de expresión se transforma no sólo en espacio de debate y de flujos informativos, sino también en un mecanismo de control para el ejercicio del poder por parte de los políticos y sus organicidades. Constituye, además, la fuente de información y de formación de opiniones y, por tanto, base de la participación en ámbitos locales, nacionales y globales.
El foco planteado por Insulza es acertado y, además, es necesario fortalecer y analizar. Sin embargo reduce la comunicación y la libertad de expresión a nuestros representantes políticos y sus instituciones, dejando en el patio a los representados, en este caso los ciudadanos. Aquí es útil la distinción de democracia entre, por una parte, los mecanismos para la libre elección y, por otra, las prácticas democráticas asociadas del ejercicio propio del poder, en cualquiera de sus ámbitos. Esta dimensión es especialmente relevante para la comunicación. Las encuestas, y ahora con el complemento de las redes sociales on line, transforman el escrutinio público y ciudadano en un factor que se ha ido naturalizando en las prácticas ciudadanas y políticas diarias. Los escándalos políticos actuales (Caval y Penta) constituyen ejemplos claros del nuevo tipo de narrativa política que se ha ido instalando… para quedarse.
Los temas públicos de la ciudadanía, sociedad civil y los avatares políticos se asocian tanto a lo no ficcional como a lo ficcional. Las formas de representación social en las telenovelas y otros géneros televisivos también se constituyen en modos de representación que constituyen fenómenos políticos. Así lo han entendido las mujeres, etnias empoderadas, minorías sexuales, animalistas o grupos asociados a la infancia que van planteando posiciones, pareceres, críticas y debates que apuntan al tratamiento medial de sus identidades e intereses. Son núcleos cada vez más activos y que son considerados con creciente atención por los medios masivos, constituyendo nuevos y prominentes stakeholders, dentro de esa categoría que llamamos audiencia. Son colectivos con poder simbólico, constituyen y ejercen nuevas politicidades.
En este sentido, entonces, el pluralismo, libertad de expresión y derecho a la comunicación no deben asociarse sólo al sistema político y sus actores, sino se deben considerar e incluir a la ciudadanía y la sociedad civil en el marco de todas las propuestas de significación mediadas, más allá de lo periodístico y lo no ficcional.
Lo anterior tiene consecuencias concretas. Los organismos públicos de comunicación tienden a considerar sólo el foco político institucional que enfatizaba Insulza: es imprescindible incluir en esos organismos colegiados a representantes de otros actores sociales que expresen la diversidad sociocultural de nuestro país y así den cuenta de este Chile cada vez más diverso. De esto se trata el pluralismo, ¿o no?
Source: http://blog.lanacion.cl/2015/03/13/pluralismo-para-todxs/