Monopolios y libertad de expresión

30 January 2016 / By Arturo Flores Rodríguez. Published by El Diario del Cohuila

La libertad de expresión es una característica de todo régimen que se catalogue como democrático, el discurso sobre la libertad de expresión es posible encontrarlo en muchos Estados, sin embargo en cuantiosas de las ocasiones el mismo se restringe mediante acciones disuasivas o represivas ante aquellos que en uso de este derecho humano, tratan asuntos de interés público que son considerados por las autoridades como delicados o incómodos para ellos.

La libertad de expresión no es un derecho absoluto, y en los espacios donde concurra con otros derechos humanos necesariamente habrá de realizarse una ponderación sobre los mismos.

Para proteger la libertad de expresión es necesario generar conciencia de ciudadanía y crear normas claras que abandonen la ambigüedad que existe en torno a la libertad de expresión, a fin de generar certeza jurídica y no un estado de zozobra en contra de aquellos que en uso de la libertad referida, aborden temas incómodos para algunas personas.

El efecto que genera la concentración de los medios de comunicación en monopolios u oligopolios genera visiones parciales de la información, que en la mayoría de los casos benefician a los mismos medios comunicación. La concentración referida es a todas luces una amenaza a la libertad de expresión y al derecho a la información, en virtud de que atentan contra la pluralidad y la diversidad propias de todo sistema democrático.

En dicho sentido, Frank La Rue, cuando expone sus ideas sobre la diversidad y pluralismo en los medios de comunicación, señala: “La acumulación de medios y la concentración de medios es una amenaza a la libertad de expresión. Y los monopolios no digamos, por supuesto que son una amenaza a la libertad de expresión, y es así como tienen que haber leyes antimonopólicas, no sólo por las razones económicas por las que combaten los monopolios, que son una competencia desleal que daña al consumidor, pero al mismo tiempo en temas de comunicación y medios de expresión, los monopolios son una violación a la libertad de expresión porque violan esa diversidad y ese pluralismo de ideas que la persona debe recibir”.

La diversidad es propia de los regímenes democráticos y la concentración de los medios de comunicación en pocas manos genera distorsiones a la información al ser centralizada y al proporcionarse a las personas atendiendo a criterios de las propias empresas.

En este orden de ideas, Miguel Rábago Dorbecker cuando analiza el contexto mexicano sobre la diversidad y el pluralismo en los medios de comunicación, refiere: “La concentración de diferentes medios de comunicación ha hecho que la información esté cada vez más centralizada, que las voces y los noticieros que sobre todo afectan la opinión política de las personas, estén más concentrados en ciertos lugares”.

Bajo la misma directriz, Margarita Torres señala: “Los monopolios, duopolios y oligopolios mediáticos generan sólo un puñado de versiones sobre lo acontece en la sociedad”.

Nuestro país se encuadra perfectamente en los efectos nocivos que genera la concentración de los medios de comunicación en monopolios u oligopolios, el caso evidente es el de las dos grandes televisoras que existen en el país, Televisa y TV Azteca, empresas que ejercen distorsiones a la información, generando pautas de conducta a través de la información que emiten y que beneficia a sus mismos intereses.

La llegada del internet ha ocasionado que muchas personas migren hacia este sistema buscando información, situación que ha ocasionado que los ratings de audiencia estén disminuyendo continuamente desde unos años a la fecha, ante el descrédito que tienen estas empresas.

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