24 may, 2018 / By Mario Mérida, elperiodico.com.gt
Solo comento documentalmente acerca de un término definido por el papa Francisco, como el “protagonismo de los pueblos en América Latina, mientras que en su sentido europeo alude a experiencias políticas como el nazismo” (El País, España. 22-01-17). Pero, es en el artículo de Horowitz Jason titulado El Papa busca cambios contra ola populista, en donde se publica la percepción de algunos de sus simpatizantes, quienes entienden que “La elección de Francisco preparó a la Iglesia para precisamente los retos planteados por el auge del populismo y nacionalismo”. Comentario reforzado con la respuesta publicada por el rotativo español El País, ante la pregunta ¿Sí estaba preocupado por el populismo, la xenofobia y el odio? a lo que el pontífice respondió “Hitler no se robó el poder, su pueblo voto por él y luego él destruyó a su pueblo” (The New York Times. P. L. 06-05-18).
El populismo busca hacerse con el poder al igual que otras corrientes políticas. Aunque algunos autores no aceptan el populismo como una ideología, sino como una lógica de acción política, la cual no se hace diferencia entre izquierda y derecha. Entre las características citadas por Vallespín F y Bascuñán M., están: La retórica empleada y la manera en la que aspira a hacerse con la hegemonía; que responde a procesos de brusco cambio social –modernización, industrialización, aparición de masas, globalización y migración; comunicación con base en la negatividad; se apela al pueblo; selecciona un antagonista para generar polarización; se cuestiona cualquier visión pluralista de la sociedad, es antielitista; el ataque al oponente y la apelación al pueblo tiene como plataforma lo emocional; emplea un discurso simplificador, no explicativo: “hoy la gente espera respuestas simples y ya no teme ser extremista” (Amos Oz. El País. 20-05-18); se basa en una guerra de representaciones, todo lo anterior busca deslegitimar la democracia liberal. La prensa también “es objeto directo de su política de confrontación”. La performatividad, la política posfáctica o posverdad se articula, como el medio más idóneo de lucha política pública”.
Los populistas ven a los medios de comunicación como las columnas de la democracia mediática o como la denomina B. Manin democracia de audiencia. Vallespín y Bascuñán, afirman que son los medios quienes ponen el escenario en el que se representa la política y los partidos deben ajustarse inevitablemente a este nuevo entorno.
Source: https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/05/24/populismo-y-medios/